El mercado laborar IT es flexible, pero depende mucho de las tecnologías de vanguardia, o de aquellas herramientas que, por la razón que sea, se imponen poco a poco en las empresas. Por eso los profesionales cotizados de ayer pueden encontrarse de pronto con que lo que antes era una ventaja es ahora una rémora.
Un ejemplo está en los lenguajes de programación. Si viene es cierto que es muy raro que haya habilidades técnicas que no tengan ningún interés para las compañías, sí que encontramos patrones comunes. Más allá de la naturaleza del puesto del especialista, o de la experiencia requerida, hay algunos lenguajes cuya demanda es claramente decreciente en la industria, como por ejemplo, Pearl, que ha sido reemplazado por otra herramienta, Python, claramente más sencilla y funcional. Asimismo, otros lenguajes como Haskell, si bien siga empleándose por gigantes, como IBM, o el propio Objective-C, cuyo control aseguraba puestos muy bien remunerados hace no mucho, no tienen ya la popularidad y demanda de antaño.
Como dato adicional, recientemente, una encuesta entre los usuarios del foro de programadores Stacl Overflow señaló a siete de los lenguajes menos populares hoy en día: Erlang, APL, Fortran, SAS, OCaml, COBOL y Crystal.