La buena noticia es que, en este segundo año de pandemia, el sector TIC se ha adaptado con agilidad a las necesidades y cambios de una realidad cambiante. Todos los actores, tanto los fabricantes de soluciones como los proveedores, pasando por los integradores de sistemas o incluso los clientes, hemos aprendido a vivir y trabajar en un nuevo entorno digital, adaptándonos a las nuevas exigencias y retos.
Lo cierto es que la pandemia ha acelerado la digitalización de las operaciones comerciales de muchas empresas, pero también sus flujos de trabajo interno y la reorganización de departamentos y tareas, y se hizo, sorprendentemente, en apenas unas semanas, demostrando que el sector estaba preparado para un reto de tal magnitud.
Una de las claves ha sido, por supuesto, el trabajo en remoto. Las soluciones en la nube han sido esenciales en esta rápida adaptación, convirtiéndose en una base robusta para la “nueva” economía digital. Sectores muy diversos, como el comercio minorista, el comercio electrónico, la logística, el transporte marítimo o los servicios financieros han crecido con más rapidez que antes de la pandemia, y la mayoría de empresas han conseguido adaptarse a trabajar de forma remota. Todo ello ha sido posible gracias a la preparación y madurez de las compañías que conforman el sector TIC, algunas de las cuales siguen manteniendo a día de hoy modelos híbridos de trabajo en remoto combinado con visitas a entornos físicos de trabajo. Elk resultado ha sido satisfactorio, produciéndose un fenómeno interesante, como es la eliminación parcial de los límites territoriales de muchas organizaciones, especialmente las de gran tamaño.
El pasado verano, sin ir más lejos, los analistas de la consultora Gartner predijeron que el mercado mundial de TI crecería alrededor de 10% en 2021, pronósticos que, a tenor de las cifras recientes, han resultado conservadores.
La pandemia, de hecho, ha impulsado algunas tendencias que ya venían pisando fuerte, sobre todo en lo que atañe a soluciones comerciales híbridas y remotas, a la automatización de redes, los centros de datos y la importancia de la ciberseguridad.
Asimismo, la migración masiva al entorno remoto de trabajo ha precisado de inversiones fuertes en la implementación de soluciones de escalabilidad de las infraestructuras, aumentándose el número de dispositivos y servicios utilizados.
Las empresas, hoy, operan con mayores índices de flexibilidad, aunque el mercado laboral haya tornado hacia una suerte de mercado de empleados ante la escasez de perfiles especializados. Por supuesto, esto no afecta únicamente al propio sector TI sino a actores del ecosistema en sectores diversos, como la banca, las telecomunicaciones o el comercio electrónico, entre otros.