La inversión en innovación tecnológica y el cambio de comportamiento de los clientes y la innovación tecnológica están transformado nuestro ecosistema financiero.
En los últimos años, las llamadas Fintech han ido ganando peso y, desde luego, presencia, afianzando en el mercado su oferta de servicios financieros tecnológicos complementarios a los tradicionalmente ofrecidos por el sector banca. Entre dichos servicios, destacan la especialización en distintos tipos de tipos de plataforma, pagos y transacciones, así como las finanzas personales, la consultoría y comercialización de inversiones o vías de financiación alternativas.
Durante el confinamiento y buena parte de la pandemia, los usuarios tuvimos que ponernos al día y empezar a gestionar nuestras finanzas de manera digital, lo que aumentó exponencialmente el uso de las nuevas tecnologías y los nuevos servicios del mercado. En España, sin ir más lejos, solo en tres años han surgido más de 100 Fintechs nuevas, lo que indica la creciente relevancia del sector.
Según el estudio World Retail Banking Report, firmado por Capgemini en y la European Financial Management Association (EFMA), el 75% de los clientes nos sentimos atraídos por los servicios de las Fintech. Los consumidores estamos ya exigiendo procesos más flexibles: el 71% apostamos por interacciones multicanal y el 25% por una experiencia digital fluida con su entidad bancaria.
El cambio de mentalidad de los consumidores, la mayor rapidez y agilidad en los tramites digitales y la mejora en la usabilidad de las interfaces empleadas zona algunos de los factores que han influido en el auge de las Fintechs, pero también la percepción de una mayor seguridad y el ofrecimiento de servicios que cubren los vacíos de la banca tradicional.